miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cresta de las Cruces. Ólvena.




La carretera que va a Graus pasa por el congosto del río Ólvena, y justo por debajo de esta imponente cresta, y cada vez que pasábamos por debajo para ir a escalar o a cualquier otro sitio, nos repetíamos que teníamos que hacer esa vía como fuera antes de volvernos a casa.
Tras un par de semanas mendigando material de clásica a los compañeros, por fin lo conseguimos, y tres días antes de que acabara el curso, por fin nos dirigimos hacia ella Pablo, Lorenzo y yo.
La vía acababa en la ermita de Ólvena (de hecho, la última reunión es un lazo a la barandilla del mirador de dicha ermita), así que la aproximación era corta y cuesta abajo. 


De camino a la vía, ¡por fin!

El primer largo consistía en encaramarse a la cresta, IV e improtegible por lo roto que estaba todo, menos mal que había clavos suficientes para darse el largo sin meter nada. La reunión: un cable de acero a un puente de roca y un árbol. Tardamos un poco en juntarnos todos en la reunión por cierto despiste, que por suerte no fue a más.

Una vez en la cresta, y ya en ambiente, comenzaba el juego, los largos se sucedían entre equilibrios en la cresta, trepadas a agujas y destrepes a pelo un tanto "curiosos". 
El segundo largo era otro IV, hasta llegar a la cresta, y luego III, con seguros alegres y que de poco servían al movernos en horizontal... Todo seguros fijos entre clavos, chapas en la cresta y puentes de roca con cordino. Reunión: Cable a puente y chapa.

Yo, disfrutando del ambiente. 

La segunda reunión.

El tercer largo empezaba con un muro liso de IV que me puso en mi sitio y que tuve que proteger a mitad con un fisurero para conseguir la decision de acabar el murete.Una vez arriba, travesía con trepadas y destrepes alternando clavos y fisurero abandonado con material flotante, y llegábamos a otra reunión de chapa y cable.

Largo de V, otra vez la dificultad la daba la verticalidad de la aguja a ascender, en concreto una pequeña sección desplomada, pero con cantos y seguros para quedarse allí a vivir. Luego andando por encima de la cresta y destrepe por una chimenea bastante pina, sobre todo para los segundos. Para el primero, la cuerda rozaba tanto que casi te podías dejar descolgar tranquilamente.

Llegamos a la cuarta reunión ya de noche, y entre eso y que la mochila con los frontales y los forros se había quedado a pie de vía gracias a otro despiste de no diré quien.

Suerte que estábamos justo en un escape, y tras un rato de lucha a ciegas contra la vegetación, estábamos de nuevo en el pueblo, decididos a volver al día siguiente.

Y así fue, al día siguiente ahí estábamos, esta vez habíamos cambiado a Pablo por Joao, ya que Pablo prefirió quedarse a estudiar. 

Conociendo la vía y sabiendo que teníamos que darnos prisa, pronto llegamos hasta el punto donde lo dejamos el día anterior. 



Yo, en el tramo de V del cuarto largo.
Lo que nos quedaba eran dos largos de III, que hicimos en ensamble, muy mal protegibles, y aunque fáciles, con ambientillo del bueno.
Esta vez conseguimos acabar la vía y llegar al coche sin encender los frontales. ¡Conseguido!

Gracias a Lorenzo, Pablo y Joao, compañeros y amigos, por compartir ganas, risas y paciencia :)

¡Cordada victoriosa!

La Cresta de las Cruces, menos el último largo

1 comentario: