Canalizos, también en verano.

Siempre mola descubrir escuelas nuevas, y si son en tu sierra, y además granito de montaña, más.

Con estas espectativas nos acercamos a Canalizos, para ver como es la roca sin hielo.

Tras un titubeo en los muros de abajo, los grandes, Marian y yo intuimos que las vías más fáciles estarían en los muretes de arriba, y acertamos. 

Nada más verlos ya entró el conocido gusanillo de subirse por todas partes. Y más cuando vi que la vía que me había llamado la atención, "Fisura Salvaje", estaba limpia. ¡Qué suerte haber llevado los cacharros!

Después nos metimos en Apache, que Marian hizo a vista y yo después, vía para disfrutar con entrada desplomada que le daba su puntillo. 

Se iba el Sol y pelaba el frío, así que nos tuvimos que ir con pesar, pues todavía nos quedaba todo un sector por echarle el ojo... ¡Volveremos pronto!