Circo de Gredos en la mejor compañía.

 

No daban buen tiempo del todo para el fin de semana pasado... Pero Liher libraba, así que eso había que celebrarlo de una manera digna! Así que nos fuimos a Gredos, como casi siempre, sin tener muy claro que hacer, pues este otoño tan raro no deja salir de casa con ideas claras porque nunca sabemos lo que nos vamos a encontrar.

Salíamos el viernes con el madrugón típico: a las 6 de la mañanita, pero sin ningún sueño y sin parar de charlar.

Salíamos de una plataforma sin nieve y plagada de coches, raro para un viernes, aunque no tanto al ser un viernes de "puente".

No pisamos nieve hasta llegar a barrerones, nieve que, al menos, estaba dura. 

Llegamos al Circo, ya mirando a todos lados buscando alguna línea corta para hacer esa tarde, y una que nos ocupara todo el día siguiente, puesto que como teníamos intención de pasar allí todo el fin de semana, no nos importaba enmarronarnos. 

Llegando al Elola, descubrimos asombrados que un grupo de gente se entretenía haciendo un iglú, y más nos sorprendimos cuando nos dijeron que no iban a pasar la noche en él. Así que si éramos rápidos, ya teníamos refugio para ese fin de semana!

Marchamos buscando desnivel por el camino que sube a la portilla del rey, dejamos los mochilones y nos cargamos de chatarrería, y pronto Álex encontró la línea perfecta.

De camino a la vía

 Reunión 0

 Yo empezando lo divertido de mi largo

Álex en la reunión 0

Empecé yo, con una lengua de nieve que entraba en un estrecho corredor, algo descompuesto, para salir a una campa de nieve en la que monté reunión.

Liher quitándose el mono

Los 3 largos siguientes los hizo Álex, ya que los dos primeros eran poco más que campas de nieve. 

 Reunión 2

 Saliendo de la reu 3

Y en el cuarto largo llegó lo divertido: Álex escogió un resalte de roca, que bien al principio nos pareció demasiado complicado a Liher y a mí, viéndolo desde la reunión, Alex resolvió sin demasiados problemas y luego nosotros dos lo disfrutamos como lo que más. 

EL resalte, y Álex habiéndolo concluido

Ya de vuelta a la laguna... maravilla! el iglú estaba vacío!! Así que procedimos a instalarnos y colocar todo el material para el día siguiente.

El iglú era enorme!

Hicimos tiempo hasta la hora de cenar tomando algo en el Refugio Elola, y montamos una tienda para tener donde meternos a cenar, pues el iglú goteaba a temperatura ambiente, como para meter dentro dos hornillos.

Cena con ambiente "navideño" 

recipientes varios (tetera de liher...)

Una rica y abundante cena y nos metimos al iglú! Por la tarde ya habíamos definido la vía que intentaríamos al día siguiente: a los pies del Morezón (pues creíamos que no merecía la pena subir al Casquerazo o Almanzor, porque las condiciones no merecían la pena), así que pronto estábamos en el saco, uno durmiendo y los otros intentándolo. Sorprendentemente el que durmió fui yo... 

Por la mañana amanecimos con la mala noticia de que Álex se encontraba mal, pero por consenso decidimos seguir con el plan hasta pie de vía, a ver si Alex se ponía mejor.

Pero no fue así, así que aprovechamos el madrugón dando un paseo por la laguna (literal), escalando algunos resaltillos de hielo que había por allí, e intentando hacer abalakovs en la misma laguna.

 

Paseando por la laguna

Recogimos el campamento con toda la calma del mundo y con esa misma calma empezamos el camino hacia la plataforma, con el incentivo de una suculenta comida en el bar La Bodeguilla, de Hoyos del Espino.

Yo recogiendo con toda mi calma mientras los demás ya estaban listos.

De camino, se nubló y empezó a nevar, con lo que casi nos alegamos de estar descenciendo, pues no era un ambiente nada apetecible para estar parado en una reunión.

Parada en cavadores a abrigarse, que la nieve ya era cosa seria

Sin embargo, mientras nosotros seguiamos bajando, turistas y curiosos se nos cruzaban con una indumentaria nada adecuada para las condiciones que estaban teniendo lugar... luego hay "accidentes"...

Comimos, como estaba pactado en Hoyos del Espino y luego pasamos por Béjar, a hacer una visita a la tienda de montaña Cervunal.

Una merecida recompensa!

Ultimamente nos estamos acostumbrando a no llegar al coche de noche, y oye, tiene su aquel, deja tiempo al esparcimiento! 

No fue una salida muy técnica ni sufrida, pero algo escalamos, y pasamos tiempo en la montaña, y sin parar de reir!!!