martes, 24 de septiembre de 2013

Amanecer en el Almanzor.


Este verano, Marian me pidió subir al Almanzor de una manera especial: ver amanecer desde la cima. Y ya que hasta había estado entrenando junio y julio para ello, a mediados de agosto nos fuimos para allá dispuestos a dormir poco algunas, y nada otros.

La protagonista a nuestra llegada al Circo la tarde anterior fue la lluvia, así que no hay fotos de la llegada ni de la noche, ya que nos concentramos en llegar a buen vivac y secar la ropa lo antes posible, ya que nos levantábamos en pocas horas.

Las 2 de la madrugada fue la hora elegida para salir del saco, lo que nos permitiría llegar sobrados a la cima antes de que saliera el Sol.

Tanto madrugamos, que nos sobró tiempo, así que pasamos un buen rato sentados en la Portilla del Crampón esperando a la hora del amanecer.

Por fin llegó el momento y realizamos los últimos metros con una ligera claridad, lo que nos dió tioempo a llegar a la cima y colocarnos con tiempo de sobra para ver esto:


¡Conseguido!

Daba igual el madrugón, era día de fiesta (15 de agosto), y aun a esas intempestivas horas, no fueron pocos los que nos encontramos bajando, así que después de darnos todos los buenos días, Marian y yo seguimos en dirección al Venteadero, ya que la otra petición de Marian era ver CInco Lagunas.

Cuchillar de Ballesteros y el Almanzor.

A pleno Sol...

En la portilla de la Galana.

Con las Cinco Lagunas al fondo.

Desde allí, la opción para abajar era la larga Canal de los Geógrafos, menos mal que alberga algunos buenos rincones en los que distraerse...

Vistas desde el rellano del Ameal de Pablo.


Sombra y agua, perfecto para detenerse.

Un baño en las inmediaciones de la Charca Esmeralda, ya que en la misma ya no cabía ni un alfiler, y una rica comida a puertas del Elola, bañada como siempre por la reconstituyente Cocacola del refu y vuelta para casa...

De vuelta, haciendo el ganso en la plataforma, 36 horas sin dormir es lo que tiene... 

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