Villarejo era una de las visitas pendientes desde hacía tiempo, y desde que salió la nueva guía, más, y tuvimos que esperar hasta bastante después del verano para sacar una fecha para poder ir a conocer la zona, que desde luego merece muchas visitas más...
El día de llegada, buscamos alguna vía fácil y corta para aprovechar la aproximación de reconocimiento y hacernos a la escalada del lugar.
La elegida fue "Ayatola, no rascas ni bola" en la Aguja de los Califas, de la que no hicimos ninguna foto...
Según subiamos, Álex le había echado el ojo a unas pequeñas agujas, y como nos sobraba tiempo, nos paramos ahí al bajar. Resultó ser la aguja conocida como "El triángulo" o "La cara", y la vía "El angelote".
Álex se la dió de primero y yo la desmonté...
Para el día siguiente, teníamos ya mirada una vía más larga, y que nos metiera de lleno en el ambiente de Villarejo: La vía de las viras o La Espiral, en la Aguja de las Cuatro Puntas. Y hacia allí pusimos rumbo...
Pero cuanto más nos acercábamos, menos nos gustaba... Musgo por doquier, y un trazado mucho menos tumbado y en travesía de lo que parecía en la guía... Vamos, que no nos convenció para nada...
Entre mira, busca y piensa se nos hacía tarde, así que nos fuimos a las cercanas Liseras del Pino, a la fácil "Equs spiriti tú-tú-o"
La guía nos volvió a engañar, con un primer largo del que yo me bajé y que terminó abriendo Álex, duro y poco protegible en sus peores pasos... Menos mal que no seguí para arriba...
Los dos siguientes largos, tumbados y discontinuos, con la dificultad concentrada en uno o dos pasos por largo y después tumbarral. Yo hice el segundo y Álex el tercero.
Preparándome para el segundo largo, ese sí que si.
Reunión del segundo largo.
Álex en el tercer largo.
El roce de las cuerdas nos hizo darnos un cuarto largo, y luego ensamble hasta que salimos a la cuerda... Todavía quedaba un largo paseo hasta el coche bañado por la luz del atardecer...
A ver si para la próxima, Villarejo nos trata mejor...
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