Era un fin de semana de esos en los que todo el mundo va a Solana, y a mi me venía de lujo porque el domingo iba a Gredos, así que fui a Solana con los más madrugadores para aprovechar el sábado. Que resultaron ser Santi y Carlos, y también se nos unió Marian.
El querer escalar por la mañana reducía las opciones, ya que escalar al sol no era viable, así que andamos un poquito más para llegar al Poco pan y pésimo circo, y así la gente lo conocía, ya que yo era el único que había estado antes.
Tras perder un poco el camino, por fin llegamos al sector y empezamos a disfrutar de todos los cantos que da.
Carlos en pleno disfrute.
Santi, al final del fino diedro.
Marian practicando de primera.
Cuando el Sol alcanzó la pared, nos bajamos al río a comer tranquilamente y disfrutar un poco del agüita fresquita y de la compañía.
Bajamos pronto ya que todos querían estar prontito en casa, así que yo me quedé en Espinacales con el resto de la gente que ya había llegado, donde escalé otro par de vías y tuve una caida de esas que hacen historia, para mi al menos.
Y, como ya he dicho, al día siguiente me pasaban a recoger para ir a Gredos, "pero eso ya es otra historia y en breves será contada".
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