martes, 19 de junio de 2012

Sur de la Apretura al Pequeño Galayo + Gran Diedro al Gran Galayo


Después de El Torozo, el siguiente paso a dar era lógico: Galayos. 
Así que elegimos dos líneas clásicas y accesibles, para poder llenar un día de escalada, empaparnos del estilo "galayero" y amortizar la larga aproximación.

El miércoles 16 de mayo, por la tarde, hacíamos la compra y poníamos rumbo, sin prisa, hacia Guisando, con parada en Béjar a hacer unas compras en Cervunal y merendar. 

Llegamos a Guisando, y tras una cervecita, subimos a la plataforma de Nogal del Barranco a cenar, preparar todo el material y dormir (dormitar, más bien) en el refugio que allí hay.

Entre pitos y flautas se nos hizo bastante tarde, y dormimos apenas 3 horas, con lo que la subida se nos hizo larga y sufrida. Si es que no son horas... 

Por fin llegamos al refugio Victory, y una barrita, un trago de agua y 5 minutos más tarde ya estábamos a pie de vía.

Preparándonos. Ángel se daría el primer largo.

El primer largo ofrecía varias posibilidades, hasta llegar a una terraza donde se monta la primera reu, con varias opciones de bloques para lacear.

A mi me tocó el segundo largo.

El segundo largo comienza con una travesía a la derecha, para luego meterse por un diedro-chimenea fácil, pero que, desde donde estaba, yo ví mejor seguir hacia la izquierda, por donde aumentaba considerablemente la exposición... pero parecía más factible. Cosas que da la perspectiva... no era el primero que tenía esa idea, pues los cantos también se veían usados por "mi" variante. No obstante, mejor seguir por el diedro-chimenea, ya que el roce de la cuerda fue lo más difícil de ese largo.

Yo, explorando. 

Monté reunion en un clavo que reforcé con el camalot amarillo justo debajo de unos techos.

Álex comenzando el tercer largo.

El tercer largo bordea los techos por la izquierda, para meterse en una chimenea y luego afrontar una canal generosísima en agarres y muy disfrutona. Termina en una amplia repisa, con varias lajas con opciones para lacear.

Ángel siguió con el cuarto largo, de más canal, hasta llegar al hombro que marca el final de la vía, desde donde se puede bajar andando por la canal del Gran Galayo.
Pero nosotros ya habíamos decidido llegar hasta la cumbre del Pequeño Galayo, así que nos quedaba otro largo, el más difícil de la vía.

Y me tocó a mi, así que tras unos metros de escalada sencilla, llegué a la famosa fisura roma de V+, que tras darle un tiento, decidí subir en artificial.

Yo, saliendo del tramo de artificial. 

Tras el tramo de artificial, a la izquierda sale una canalilla, que se asciende hasta un collado. A la derecha está la reunión, rapelable y con cadena, y a la izquierda está la cima, a la que nos fuimos acercando de uno en uno para la foto.



 Fotos de cima en el Pequeño Galayo.

Rapelamos el último largo y destrepamos hasta la canal, donde por fin pudimos comer algo y echarle ganas a la segunda vía del día.

Tras un par de titubeos en la aproximación , y un paso bastante aereo, estábamos por fin a los pies del Gran Diedro. Intimidante cuanto menos...

El primer largo le tocaba a Álex, que ya se moría de ganas.


Álex en el Gran Diedro al Gran Galayo.

El primer largo se protege a placer y está surcado de clavos para darle más seguridad al asunto. 

Ángel llegando a la primera reunión.

Yo también me moría de ganas de escalar en el Gran Diedro, así que los dividimos en dos y el segundo largo, donde ya se complica un poco la cosa, me tocó a mi.

Disminuyen los agarres, siendo algunos pasos de adherencia en garbanzos, y disminuye la protección, aunque también hay clavos dispersos.


Yo, en el segundo largo del diedro.

Cuando acaba el diedro, hay un clavo que se puede reforzar para reunión, o bien seguir hacia la derecha entre dos bloques, y lacear el de la izquierda un poco más arriba. 

Álex y Ángel en mitad del diedro. 

Álex siguió con el tercer largo, que es un paseo hasta llegar al túnel, donde hay un pasito de encaramarse a un bloque, y después más terreno fácil hasta la cumbre, a la que se llega andando.

Álex tras el curioso paso de túnel.

De aquí para abajo, destrepe galayero, aun con los gatos puestos, y con pasitos de ponerse de cara a la pared, hasta que coges la canal grande. Un rápel en mitad de la canal y ya por fin en terreno firme. 

Otro descansito el en Victory y volando para abajo, que ya teníamos ganas de llegar, más que nada por la cena. 

Llegamos apurando al máximo la luz del atardecer, y tras una suculenta pero precaria cena y un café en Guisando, vuelta a casa tras un largo pero increible día.

Álex, Ángel y yo en la cima del Gran Galayo.

1 comentario:

  1. Pues eso, que felicidades, que sigais disfrutando y si en una ocasion haceis un sitio a un abuelete....
    Un saludo

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