martes, 2 de agosto de 2011

De palizas por Gredos, parte I

Tras el mes de parón por motivos académicos, vuelve la actividad, y para ponernos al día, mejor ir relatando las que quedaron en el tintero del mes de junio.

Aprovechando un periodo común de días libres para aprovecharlos antes de que las obligaciones nos reclamaran, Alex y yo empezamos a trazar un plan de un par de findes que consistía en escalar por Gredos todo lo que pudieramos.

Por falta de material, el primer fin de semana optamos por hacer la integral de Gredos por relevos. Llevando algo de material por si acaso, y con una tímida intención de hacer la Teógenes al Tercer Hermanito.

Alex y yo saldríamos de Guisando el sábado, y nos juntaríamos con Ángel en la plataforma de Hoyos del Espino al día siguiente, donde yo me quedaría y Angel y Alex seguirían para arriba.


Con este plan en mente, y el madrugón del sábado, Alex y yo nos dimos la paliza a conducir, cada uno con su coche, hasta la plataforma de Hoyos. Allí dejamos mi coche, para seguir con el de Alex hasta Guisando, que vaya carreterita...

Salimos del parking de Guisando por fin, en dirección a los Galayos y el refugio Victory. Hacia calor, pero el ritmo que llevábamos nos sorprendió, y en bien poquito ya estabamos comiendo algo y viendo a la gente escalar, sentados en el mirador del Victory.

Subiendo hacia Galayos

 Refugio Victory

Valle de Guisando

Los Galayos

Seguimos hacia arriba en dirección a La Mira, por una pedrera bastante sufrida debido a la ausencia de camino.
Por suerte llegamos justo a donde queriamos, y en cuanto acabó la subida, llegamos en nada a La Mira, donde disfrutamos solos de la cima.

Nuestro siguiente objetivo era las ruinas del refugio del Rey, donde habiamos pensado pasar la noche. Intentamos ir por el puerto de Candeleda, sin perder altura, pero por evitar tanto rodeo, acabamos en Prao Puerto, desde donde volvimos a remontar para llegar a las ruinas.

Nos soprendió encontrar allí a tanta gente, unas veinte personas con niños incluidos... parecía aquello un campamento.

El mejor momento del día

Un paseillo con los friends, trasteando como siempre, cena y al saco.

Al día siguiente, tras un desayuno con cabras mientras veiamos como el resto de acampados se ponía en marcha, subimos al Morezón.
Desde allí, nuestra idea era seguir la cresta hasta donde nos diera tiempo.

 El circo desde el Morezón

Laguna grande de Gredos

Tras varios destrepes peliagudos, rápeles, y algun nevero que hubo que asegurar, llegamos por fin a la base del Tercer Hermanito, y ya sin mochilas, nos acercamos al pie de vía.
Nos comían las ganas, pero ya era tarde y habiamos quedado con Ángel, y además no nos atraia la idea de escalar con las cuerdas de 8mm que habiamos llevado, que ni rapelando frenaban bien en las cestas...

Así que iniciamos un infernal descenso por la canal de los Hermanitos que nos llevó unas dos horas, debido a lo agobiados y tensos que íbamos por no poder darnos ni un respiro entre tanta piedra suelta, quebradiza y arena.

Llegamos por fin a la seguridad de las lanchas y las praderas de las orillas de la Laguna Grande, un avituallamiento rápido en el refu y rápidamente en marcha hacia la plataforma, que ya íbamos con dos horas de retraso.

 De vuelta hacia Barrerones

En el alto de Barrerones nos cruzamos con Ángel, que harto de esperar había decidido ir subiendo, teniendo fe en que nos encontraría de camino.

Desgraciadamente, los pies de Alex no daban para otros dos días pateando, así que todos bajamos a la plataforma.
Yo me volví a Salamanca, mientras Alex y Angel pasaron la noche en Guisando, y volvieron al día siguiente.

Como pateo fue más que suficiente, a mi personalmente me sirvió para sorprenderme del buen ritmo que llevamos. Parece que eso de entrenar da sus frutos.
Pero nos quedamos con muchísimas ganas de escalar, de ahí lo del fin de semana siguiente, que en breve será relatado.

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